Que la Lluvia del Reino Hable por Ti

Noé no explicó. Construyó. Tú no necesitas convencer. Necesitas manifestar. ...para los que saben que el Milenio es aquí y ahora.

     En tiempos donde muchos quieren escapar de la tierra, donde algunos cristianos sueñan más con huir al cielo que con traerlo a la tierra, Dios está levantando una generación como Noé. No para construir un arca que los saque del mundo, sino para levantar una plataforma que extienda el Reino de los cielos a este nuevo mundo en proceso de renovación.

Noé no representa solo a un hombre justo en medio de una generación corrupta. Noé representa hoy a la pequeña parte de la Iglesia que ha entendido su llamado: extender el Reino en la tierra, aunque muchos estén distraídos en propósitos ajenos al Reino.

Noé no dejó de construir el arca para explicar a cada uno que dudaba de él.

Esta frase es más que una reflexión. Es una advertencia para los que han recibido la visión del Reino.

Cuando Dios te da un diseño, no pierdas tiempo explicándolo a quienes no tienen hambre.

Noé no se detuvo para convencer a los burladores. Él siguió construyendo. ¿Por qué?

Porque la lluvia hablaría por él.

> “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase…” (Hebreos 11:7)

A diferencia de Noé, no construimos para salvar. La salvación ya fue asegurada por Jesucristo. Nosotros extendemos el Reino desde la salvación, es nuestro punto de partida, no un final como muchos piensan.

Estamos aquí para el siguiente paso: Redimir lo que fue profanado. Restituir lo que fue robado. Sembrar donde hubo abandono. Dar fruto donde hubo esterilidad. Sanar a los quebrantados y mostrar la plenitud a los pobres de espíritu.

Noé no construía para impresionar. Construía para obedecer. Hoy tú no estás llamado a convencer. Estás llamado a manifestar. El Reino no se predica solo con palabras. Se demuestra con poder. Con frutos. Con transformación real.

En el tiempo de Noé, la lluvia era juicio. Pero en este tiempo, la lluvia es manifestación nuestra manifestación. Es el surgimiento de los árboles de justicia, los hijos en dependencia, los reyes y sacerdotes que han sido formados en los nuevos cielos y la nueva tierra. La lluvia no es destrucción, es activación. Es el momento en que lo invisible se vuelve visible.

> “Y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.” (Isaías 61:3)

Cada gota de esa lluvia representa una vida transformada, un hijo que despierta, una mujer que deja la vergüenza, un joven que abraza su propósito.

La lluvia es la respuesta de Dios a los que han perseverado en construir el Reino, a pesar de la ceguera religiosa de las mayorías.

La perseverancia es la mejor respuesta para quien aún duda de lo que Dios le ha confiado. Noé no tenía likes. No tenía seguidores. No tenía aplausos. Tenía instrucciones basadas en su diseño. Y eso fue suficiente.

Muchos abandonan el diseño porque no ven resultados rápidos. Pero el Reino no se mide por velocidad, sino por fidelidad. Si Dios te dio un plano, sigue construyendo. Aunque parezca que nadie lo necesita. Aunque te digan que estás loco. Aunque te quedes solo.

Hay quienes predican que el mundo está perdido y que lo mejor es esperar que Cristo nos saque de aquí. Pero eso no es lo que Jesús enseñó. Él dijo:

> “Venga tu Reino, hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10)

Noé no construyó para huir. Construyó para preservar. Hoy tú no estás llamado a abandonar la tierra, sino a transformarla. A levantar hijos que gobiernen, que sanen, que restauren. A ser parte de la lluvia que despierta y juzga a las naciones.

La lluvia está cayendo. Y con ella, los árboles de justicia están brotando. No son famosos, pero tampoco buscan fama. No tienen títulos de hombres, pero tienen raíces profundas. Están siendo formados en los quebrantos, y han sido regados con lágrimas. Y pronto estarán listos para dar sombra, fruto y sanidad, a los que tengan hambre y sed de justicia.

> “El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano.” (Salmo 92:12)

Estos árboles no buscan reconocimiento. Buscan obediencia. No quieren escapar. Quieren establecer. Son los que entienden que el Reino no es un evento, es una cultura que se ha ido extendiendo desde hace más de dos mil años.

Cuando la lluvia cae, no solo activa a los hijos. También confronta a los escapistas. A los que decían que no era necesario construir, ni tampoco extender porque no es el tiempo. A los que preferían esperar el rapto antes que discipular naciones.

La lluvia no discute. La lluvia demuestra.

> “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.” (Romanos 8:19)

La creación no está esperando que escapemos. Está esperando que despertemos. Que tomemos nuestro lugar. Que dejemos de esconder el Reino en templos y lo llevemos a las calles, a las casas, a los corazones.

Dios te está llamando a construir, no un arca de madera, sino una vida que manifieste el Reino. Una familia que refleje el cielo, un ministerio que active a otros, una empresa que sane la tierra, una comunidad que despierte a los dormidos.

> “Vosotros sois el templo del Dios viviente…” (2 Corintios 6:16)

Tú eres parte del diseño, no estás aquí para sobrevivir, estás aquí para establecer, para provocar, para transformar, para que cuando la lluvia caiga, tu vida sea un testimonio vivo de que el Reino llegó.

Noé no explicó. Construyó. Tú no necesitas convencer. Necesitas manifestar.

Que tu sombra hablé, que tu fruto hable, que tus hojas hablen, que tu paz hable, que tu obediencia hable, que tu perseverancia hable.

Porque cuando la lluvia caiga, nadie podrá negar lo que Dios ha hecho.

> “Por sus frutos los conoceréis.” (Mateo 7:20)

No te distraigas con los que dudan, no te detengas por los que critican, no te frustres por los que no entienden y sigue construyendo, sigue extendiendo.

Porque la lluvia está cayendo, y aún así, muchos no la sienten por sus impermeables doctrinales

Pero la lluvia la verán en otros, y será evidente quién estaba ejecutando su diseño y quién solo lo estaba mirando.

Bendiciones…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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